Una vez mas me encuentro ante el vació de mis pensamientos y no puedo evitar perderme en los vapores que producen algunos de ellos aun a día de hoy. Poco a poco voy abriendo los ojos y estos se encuentran con imágenes que ya creía sumergidas en las corrientes del olvido y que inevitablemente se niegan a dejarme solo en esta nada que me rodea.
Allí esta él, sonriendo como siempre y esperando que vaya hacia donde esta una vez más... y para mi desgracia lo deseo, lo persigo con mi mano de niño por delante e intento de todas las maneras posibles alcanzarlo y si me es posible retenerlo para no dejarlo ir. Pero... no, no es posible y con las marcas hundidas de lagrimas en mis ojos veo como se aleja entre la niebla que tan repetidamente me ha negado su presencia.
Empiezo a rogar, suplico y grito... no deseo estar presente cuando la siguiente invitada este aquí, no deseo su compañía ni sus fríos abrazos. Para mi pesar, ahí esta y como siempre aparece con esa cara de lastima, intenta hacerme creer todo lo que dice... en algunas ocasiones lo consigue hasta que llega el punto que ya no la soporta y le exclamo que me deje solo. Ella simplemente se da la vuelta, sonriendo para sus adentros pues ha conseguido su objetivo.
Me encuentro hecho un ovillo mientras a mi lado pasan y pasan los recuerdos de personas que ya olvide y de aquellos que se sumaran a los primeros... Alguien parece que se ha parado a mi lado, no parece tener intenciones de irse... me da un poco de miedo... ¿Que desea? Puedo ver que hay una solemne tranquilidad dibujada en su rostro, pero no entiendo cual es su motivo para estar aquí. Vislumbro una especie de objeto a su espalda, lo cual causa una gran tristeza en mí... No se que responder, aunque al parecer no es necesario ya que simplemente se limita a asentir con la cabeza.
De repente me levanto, todo se ilumina, él sonríe, empieza a caminar y sin tan decir una sola palabra se que me pide que lo siga. Empiezo a seguirlo descubro muchas sonrisas y caras que no hubiera creído volver a ver... Me descubro a mi mismo derramando lagrimas, extiende sus manos, me abraza, y antes de que pueda decir ninguna palabra me susurra al oído:
"Jamas te dejare solo"