Aun no te amo


Mis pensamientos se desordenan una vez mas al verte pasar y pienso que aun no te amo, pero siento como los días empiezan a ir cada vez más rápidos convirtiéndose en semanas y meses a tu lado mientras las manecillas del reloj no se ponen de acuerdo en cuando parar. No es porque los recuerdos contigo se esten acumulando en las estanterías de mi mente que tú has vaciado, pero de sopetón has pasado a ser una prioridad y ya no quiero almacenar nada en mi cabeza que no seas tú.

No sé lo que es estar noches en vela sin pegar ojo porque no puedo librarme de tu silueta, seguramente lo sabre, aunque ya empiezo a ver el móvil por las mañanas esperando un buenos días tuyo. Y no me malinterpretes, pero no me gusta pensar que los necesito, que te necesito en ellos, porque eso sería admitir dependencia y ninguno de los dos quiere eso porque no estamos listos para ello.

Ya no puedo entrar en una sala llena de gente porque mis ojos culpables no consiguen ver a las personas, únicamente te ven a ti, no buscan otra cosa que no sea un rastro de tu mirada cómplice. Y es que hay mucha confianza, demasiada…  Ya no hay manera de volver atrás y en el fondo no quiero admitirlo, porque si lo hago sé que me quedare solo, y tú ya sabes demasiado bien que ese sentimiento y yo no vamos por el buen camino.

Aun no te amo, sin embargo, ya has sacudido todos los cimientos de mí alma, has hecho vibrar cada fibra de mi ser en un solo abrazo y consigues que mi corazón abra sus puertas de par en par con una sinceridad que me asusta. Me aterroriza porque esto nunca antes había pasado, nunca estuvo planeado de esta manera y no estaba preparado para afrontar un pistoletazo de este calibre.

No es que te haya jurado un amor diario, pero empiezas a romper mi rutina colándote en ella disimuladamente con tus sonrisas o tu cara de ofendida, mis esquemas se caen al suelo junto con mi orgullo poco masculino y la poca seriedad que puedo reunir delante de ti, y ahí siguen esperando que alguien los recoja. Y es que me es imposible no imaginar lo bien que queda tu risa con mi carcajada, que ya de por si es suficiente escandalosa.


Lo peor de todo es cuando te vas, porque siempre se queda ahí ese silencio entrometido que me obliga a pensar que nada volverá a ser igual, dicen que los vacíos están para ser llenados, pero temo que el tuyo se convierta en uno demasiado grande. Eres un rompecabezas diseñado para exasperarme a la misma vez que me haces sonreír y me conviertes por el camino en un estúpido que se desvive por tu felicidad, porque no estoy enamorado. pero llegados a este punto de lo único que estoy seguro, es que me he vuelto bobo.


+ ¿Se puede saber que estás pensando ahora? – Dice ella como si se hiciera la loca, en lo que por cierto, es profesional.

- Nada, cosas de tontos – Digo yo, aunque sé que le acabare contando todo una vez mas.