Galan de noche


Todo el mundo se acercaba a disfrutar la torre aquel día, 14 de febrero y la señora Eiffel se erguía orgullosa bajo miles de fuegos artificiales pintando la noche de colores, que los chicos utilizaban para manifestar su amor ante sus princesas y el mundo entero. Pero entre tanta pasión, un chico paseaba bajo las estrellas sin vivir el bonito sueño, al contrario de cómo pasaba alrededor.

Vi que se sentaba en un banco tras un enigmático suspiro, y empezó a tirar piedras al agua teñida de oscuridad que lo acompañaba a solas. Una chica pasó junto a él, pero le picaba la curiosidad y se sentó a su lado:

+ ¿Por qué tiras piedras?

-Hoy todos derrochan su amor, yo prefiero guardarme el mío, e imaginarme que las piedras son las oportunidades perdidas-dijo con una enigmática sonrisa- Además, es mucho mejor que estar paseando sin hacer nada.

Ella cogió un par de ellas y las empezó a lanzar al lago,  su acompañante la miraba; su mano, su muñeca, su rostro y cada uno de sus gestos mientras ella se limitaba a mirar las profundidades del lago y sonreír.

-¿Crees en el amor?

+Pues creo en lo que me muestran- Dijo guiñándole el ojo- ¿Y tú?

-Creo en lo que me pueden demostrar- pronuncio respondiendo a su guiño con el otro ojo.

De repente se empezó a escuchar una música lejana de la torre del amor que parecía despertar deseos ocultos.

-¿Me concedes este baile?

+Por supuesto

Y mientras su sueño empezaba a hacerse realidad la noche se volvió a iluminar multicolor ante sus ojos. Y cuando ella levanto su cabeza hacia el cielo.

+ No me gustan, tapan las estrellas- De repente lo pilló mirándola- ¿Qué pasa?

-Bueno, ¿Para qué necesito mirar estrellas hacia arriba si ya tengo una enfrente?

Desde ese día el destino fue marcado, se convirtieron en grandes amigos y con el tiempo en pareja, no dejando nunca de caminar la vida juntos. Y puedo decir que en la vida he tenido mejor acompañante

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