Atado
estoy por un tiempo que corre por los barrotes de mi alma, incansable y torturándome
por cada minuto que pasa en el reloj de la vida. Observo fuera implorando
suplicas que salen de mis ojos, ansiando liberarme de estas cadenas que me
oprimen, haciendo que cada suspiro de mi ser se debilite con el paso impasible
de los segundos.
En
una mirada de auxilio pido ayuda al cielo, un cielo gris, el cual hace llover
ceniza sobre mi cabeza que derrama lágrimas amargas sobre la tierra en mi
interior que ya ha sido pisoteada mil veces por los zapatos del sufrimiento,
intento sonreír alzando mi cabeza hacia el firmamento, pero lo único que exhalo
es un grito ahogado que desemboca en tristeza y frustración.
Ante
mi se dibuja un paisaje, hacia el que camino desesperanzado y sin fuerzas,
aguantando los gritos de mi cabeza… me dicen que pare, que no veo el precipicio,
pero ignorante de mi sigo caminando hacia ese triste final que parece no tener
fin. Espero terminar y recorro millas enteras llorando lágrimas de azufre que
prenden fuego dentro de mí.
Mis
piernas arrastran mis cadenas, pero ya estoy cansado, no puedo más, mis piernas
flojean, siento que voy a caer, cierro mis ojos despidiéndome de esta realidad
que me atormenta y esperando por fin que al caer nadie me vuelva a levantar de
la ceniza de mi alma.
Alguien
me sostiene, me susurra que puedo seguir adelante, yo solo abro los ojos y tomo
una decisión….
Continuará.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario